Galletas saladas de remolacha (Juego de Blogueros 2.0)
Bueno, pues es final de mes otra vez y aquí os traigo un aperitivo crujiente de remolacha, sin gluten y vegano, como participación en el juego de blogueros.

No sé a vosotros, pero a mí me está pasando el tiempo alarmantemente rápido y «fácil» en este confinamiento, no había comenzado el mes, y de pronto ya se acaba. Como dice la canción, ¿quién me ha robado el mes de abril?
Por segundo mes consecutivo, no teníamos ingrediente fijado, y la inspiración había que buscarla en lo que nos gustaría hacer al «salir». Lo que me apetece es irme a Galicia a comer marisco con mi familia como si no hubiera un mañana (que por otra parte es algo que estaría haciendo este primer fin de semana de mayo de no habérsenos cruzado un virus con corona) o a Alicante a inflarme de horchata y fartóns… Como son cosas que no puedo conseguir con el realismo (mágico) que necesito… he pensado un poco más. Y la verdad es que en un mundo realista (real) lo que me apetecería poder hacer en las semanas que nos esperan es volver al local donde tengo mi pequeño taller de cerámica, la Frauhaus, y abrazar a mis compañeras de aventura, y volver a celebrar, como el junio pasado, que estamos juntas y determinadas a hacer algo grande a escala pequeña…
Entonces lo tuve claro, lo que tenía que hacer para este reto era una de las cosas que hice para aquella fiesta, donde la comida fue toda rosa y amarilla, a juego con los colores corporativos de la Frauhaus (lo siento, azul pato, no eres fácil de conseguir).

Y una de las cosas que triunfó en aquel banquete con amigas fueron estos crackers de un rosa rabioso (un poco anaranjado por los bordes, eso sí, jajaja).
Al final os dejo la lista de participantes del mes, estoy deseando ver sus sueños hechos comida.
¡Al lío!
Ingredientes para una bandeja de crackers de remolacha:
- 100 g de almendra molida
- 60 g de semillas de lino
- 30 g de semillas de sésamo sin tostar
- 1/2 cucharadita de sal fina
- 1 remolacha de unos 60-70 g
- 1 diente de ajo
- 1 cucharada de hierbas provenzales

Elaboración:
En un cuenco amplio, mezclar la almendra molida con las semillas, las hierbas y la sal. Reservar.

Pelar la remolacha y rallarla fina.
Rallar fino el diente de ajo y mezclar con la remolacha.
Añadir la remolacha y el ajo al cuenco y mezclar suavemente hasta integrar todo. Ojo, no hay que amasar, sólo homogeneizar la mezcla.

Precalentar el horno a 180 ºC.
Extender la «masa» entre dos hojas de papel de hornear con un rodillo o con las manos, intentando que quede lo más rectangular posible. Lo ideal que que tenga unos 2 o 3 mm de grosor.

Marcar con un cuchillo, sin cortar el papel, cuadrados de unos 3 o 4 cm de lado.
Colocar sobre la bandeja del horno y despegar cuidadosamente la hoja superior.

Hornear unos 10-12 minutos y revisar.
Si los crackers de los bordes ya están dorados, retirarlos con cuidado y dejarlos enfriar.
Intentar separar un poco el resto y seguir horneando unos 4 o 5 minutos más, hasta que estén empezando a dorarse.

Dejar enfriar sobre una rejilla unos 15-20 minutos y separarlos del todo.
¡A ver si podéis parar de comer! Jajajaja.
Notas:
Si no tenéis sésamo, podéis poner 90 g de semillas de lino. Si os paráis a ver las fotos, veréis que en algunas se ve lino dorado y en otras marrón. Es porque hice fotos varias vees que las preparé (hemos repetido, claro). Cualquiera de las dos sirven. Dicen que el lino dorado tiene un sabor más potente, pero no sabría deciros.
Si preferís ajo en polvo, sustituid el diente de ajo por una cucharadita de ese.
Y con respecto a las hierbas provenzales, también podéis hacer variaciones y usar sólo orégano o romero, o mezclar las que más os gusten. Y por supuesto, si las tenéis frescas, mejor que mejor. 😉
A mí me gusta el aspecto rústico que da usar remolacha rallada, pero funciona igual si la trituráis, y encima minimizáis el riesgo de acabar con las manos rosas.
Por cierto, si os fijáis, en algunas fotos se ve un color más intenso que en otras. Creo que la remolacha era un poco más grande una de las veces, y estaba más jugosa, eso hizo que tiñese mucho más la mezcla. 😉
Con respecto a los tiempos de horneado, recordad que es importante conocer vuestro horno. Los tiempos que os doy son orientativos y dependen bastante de cómo se comporte normalmente. En mi caso, es muy rápido y cuando hago estas cosas por primera vez, no lo pierdo de vista para no acabar con un bonito carbón.
Tened en cuenta que en general las galletas endurecen un poco al enfriar, así que no os paséis tostándolas.

Por último, consejos de maridaje, jajaja. Están muy muy buenas como aperitivo por sí solas, pero también con queso de untar, curado… Las hemos provado con varios tipos de hummus y funciona de maravilla también. Y de beber… cervecita fresca, o un vino blanco. El que más os guste, que yo no sé de vinos, jajaja.
Fuente:
Encontré la receta aquí, la primera vez la hice tal cual, y la segunda hice variaciones que he mantenido en las siguientes ocasiones que las he preparado.
Participantes:
Elvira: https://www.asisecomeengranada.com/
Carabiru: https://birulicioso.carabiru.es/
Mónica: http://www.dulcedelimon.com
José Fernando: https://elemparrao.wordpress.com/
Inma: http://entre3fogones.com/
Jorge: https://mastercocinillas.com/
Pamela: http://recetaseconomicasycreativas.com/
Maryjose: http://tapitasypostres.blogspot.com.es/
Silvia: https://unapizcadena.wordpress.com/

ELVIRA PORCEL LÓPEZ
30 abril 2020 at 13:11Que original, y sin gluten!!! Me encanta.
Felicidades por el reto.
Besos.
carabiru
30 abril 2020 at 14:59¡Hola Elvira!
Pues sí, y además están buenísimos, estoy deseando volver a hacerlos, jajaja.
¡Gracias por la visita!
Inmaculada Garrido Moreno
2 mayo 2020 at 18:42Genial!!! y. llenas de color!
Se la voy a pasar a un amigo que es vegano 🙂
Besitos!
Rebeca
10 mayo 2020 at 11:22Deliciosas, y sorprendentes. no soy la mayor fan de la remolacha pero esto ha triunfado en casa y las estamos haciendo por segundo finde consecutivo. la última vez duraron media hora.
carabiru
13 mayo 2020 at 10:20¡Gracias, Rebeca!
La verdad es que yo tampoco era muy fan hasta que he ido probando recetas en las que sí me gusta (cocida a palo seco, como le gusta a mi madre, me da repelús, jajajaja).
En casa también vuelan. 🙂
Fernando Buitrón
18 mayo 2020 at 19:46Qué cosa más rica, y que original!!!
carabiru
18 mayo 2020 at 21:46¡Y tanto! Estoy deseando repetirlas, como aperitivo no tienen precio. 😉
Lidia SIERRA GALINDO
16 junio 2021 at 23:30Hola! Acabo de ver la receta y me ha encantado, una pregunta… Quedan crujientes verdad? Y cuanto aguantan? Conservación? En bote hermético?
carabiru
17 junio 2021 at 20:30¡Hola, Lidia!
Si las haces finas, sí, quedan crujientes. Yo también tuve mis dudas antes de hacerlas, porque al llevar tanta remolacha, pensé que iban a quedar húmedas, pero estirando bien la masa, en el horno se tuestan sin problema. En cuanto a conservación, no sabría decirte, yo vivía en Madrid cuando preparé la receta y el ambiente seco ayuda en la conservación de las galletas crujientes (además, como somos unos golosos, la verdad es que volaron en 2 o 3 días). Y sí, recipiente hermético, sobre todo si vives en un sitio con más humedad ambiental que Madrid. 😉
¡Gracias por tu visita!