Vasitos de vitamina C

Este es un postre para vencer la astenia primaveral. Para pegarle una paliza y dejarla pensando en que mejor habría sido no cruzarse en vuestro camino. Y para ello solamente necesitáis leche condensada y cítricos, los que más os gusten, mejor si al menos la mitad son ácidos o amargos, para contrarrestar el dulzor de la leche condensada.

Como he usado naranjas sanguinas, mis vasitos salieron rosas, y a primera vista puede parecer que son de fresa. Según mi experiencia el color, y también el sabor, varía mucho según los cítricos que uséis, así que a experimentar hasta que encontréis la mezcla que más os guste.

Vasitos de vitamina C

Ingredientes: (aprox. para 6 vasitos)

– 1 lata de 370 g de leche condensada

– 4 naranjas sanguinas

– 1 naranja de mesa

– 1 limón

– 1 lima

Preparación:

Vaciar la leche condensada en un cuenco. Exprimir las frutas, y utilizar la lata como medida para añadir a la leche condensada dos medidas de zumo. Con unas varillas, o una cuchara, mezclar hasta que esté todo integrado.

Rellenar vasitos de cristal (como veis yo reutilizo los de los yogures) o cuencos pequeños con la mezcla.

Llevar a la nevera un par de horas para que cuaje un poco.

¡Y a comer!

Vasitos de vitamina C

Curiosidades:

Se pueden usar todo tipo de cítricos: pomelos, limones, mandarinas, naranjas… mejor cuanto más ácidos para que el resultado no sea demasiado empalagoso.

La cantidad de fruta necesaria depende de lo grandes que sean las piezas, de la cantidad de zumo que tengan y, por supuesto, de si sólo utilizáis el zumo o si añadís también la pulpa o parte de ella, esto dependerá de si os gustan los grumitos en los yogures. A mí me gusta encontrarme con trocitos y por eso le pongo al menos una parte.

Es una receta perfecta para aprovechar la leche condensada que sobre de otros postres, ya que sólo con medir la cantidad no tendremos más que añadir el doble de zumo.

Es un postre facilísimo de hacer, y si exceptuamos el momento de cortar la fruta, es ideal para hacerla con niños; mi hermano y yo la hemos hecho infinidad de veces con mi madre aprovechando que teníamos naranjo, limonero y mandarino en la huerta.

Si no lo vais a consumir inmediatamente es buena idea tapar los vasitos con un cuadrado de papel de aluminio para que no coja sabores extraños.

Aguanta tres o cuatro días en la nevera, más o menos como la leche una vez abierta, y notaréis que cada día el sabor a cítricos es más intenso.

Fuente:

Me la enseñó a hacer mi madre, y siempre que la hago me recuerda a mi infancia, 🙂

  1. etringita

    27 marzo 2014 at 10:44

    Ese postre debe estar muy muy muy rico… ¡Cómo engaña el color! Parece completamente de fresa.

    1. Carabiru

      27 marzo 2014 at 10:47

      Las naranjas sanguinas tenían el zumo tan granate que si no llego a poner otros cítricos parecerían de frambuesa.
      Luego al comerlos, aunque sabes que no lleva, te sorprende que no sepan a fresas, jejejeje.

  2. montymodi

    27 marzo 2014 at 16:33

    ¡Qué fácil!
    Lo único que no soy yo muy fan de la leche condensada, pero oye….bien está saberlo

    1. Carabiru

      27 marzo 2014 at 16:55

      :O
      Yo me la comería a cucharadas… y acabaría como una pelota, xDDD

      Es un postre fácil, muy socorrido para cuando tienes invitados y poco tiempo para cocinar, lo mezclas, y en lo que tardas en hacer los otros platos, y comerlos, está listo para servir.

  3. Polos cremosos de lima limón al jengibre | ¡Birulicioso!

    5 agosto 2016 at 18:52

    […] que cualquier variante con naranja, mandarina o pomelo estarán riquísimos también  (como los vasitos de vitamina C que ya tengo […]

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