Pannacotta de café con sirope de chocolate
Aunque llevaba tiempo viendo recetas de pannacotta en los blogs culinarios que sigo nunca me animaba a hacerla. La ocasión perfecta se presentó hace unas semanas cuando llegó a mis manos un café aromatizado que no tenía muy claro como usar. Los que me conocéis sabéis que yo café tomo poco, más bien ninguno, más que nada porque mi organismo reacciona de una manera un poco loca a la ingesta de cafeína. Las pocas excepciones que hago a este ayuno cafeínico se reducen casi en exclusiva a postres, así que estaba claro que tenía que ser algo dulce, el resto vino rodado en cuanto hice una búsqueda rápida de recetas con café.
El café es un ingrediente fantástico para repostería, aporta un punto amargo e intenso que combina con un montón de ingredientes dulces, especialmente con el chocolate. El café que he usado casualmente está aromatizado con chocolate y naranja, lo que me hizo pensar en acompañar la receta con sirope de chocolate. Ya puestos en materia decidí hacer yo misma el sirope, y vaya exitazo, buenísimo tanto con la pannacotta como para endulzar yogur natural. No sé si recomendaros que hagáis poco o mucho, porque está tan bueno que es difícil racionarlo.
Para la pannacotta:
– 3 hojas de gelatina neutra o 1 sobre de gelatina neutra en polvo
– 200 ml de nata 35% m.g.
– 60 g de azúcar glasé
– 30 g de café molido
– 100 ml de agua
– 1 cucharadita de esencia de vainilla (opcional)
Para el sirope:
– 60 g de agua tibia
– 100 g de azúcar moreno
– 20 g de cacao puro en polvo
– Unas gotas de esencia de vainilla
Con estas cantidades saldrán dos raciones normales o cuatro pequeñas y unos 120 g de sirope.
Empecemos por la pannacotta, ya que necesita unas cuantas horas para cuajar.
Poner el agua a hervir en un hervidor o cazo, retirar del fuego cuando hierva y añadir el café removiendo un poco para que se empape bien. Dejar reposar 10 minutos, filtrar y separar 60 ml del café obtenido.
Hidratar las hojas de gelatina en agua fría durante 5 minutos, escurrir y reservar; si es gelatina en polvo, disolverla en 2 cucharadas de agua fría y reservar (en general, lo que hay que hacer es seguir las instrucciones del paquete).
Mezclar la nata y el azúcar con unas varillas en otro cazo (no hace falta batir, sólo deshacer los grumos que pueda hacer el azúcar). Calentar a fuego lento mientras removemos. Cuando la mezcla empiece a estar caliente, añadir la esencia de vainilla, mezclar bien y dejar cocer a fuego lento hasta que hierva.
Cuando rompa a hervir, retirar el cazo del fuego e incorporar el café que reservamos previamente, mezclando bien. Dejar templar unos minutos y agregar la gelatina removiendo bien con unas varillas para que se disuelva e integre con el resto de ingredientes.
Verter en los recipientes en los que la serviremos o en moldes del tipo que se usan para hacer flanes.
Una vez frías, meterlas en el frigorífico y reservar hasta que hayan cuajado, es recomendable que sean al menos 6 horas.
Ahora el sirope de chocolate:
Tamizar el cacao en un cuenco con la ayuda de un tamiz o un colador metálico.
Mezclar con unas varillas pequeñas el agua, el azúcar moreno y la esencia de vainilla en un cazo. Llevar a ebullición a fuego fuerte, removiendo para ayudar a que se disuelva bien el azúcar. Dejar hervir unos 5 minutos hasta obtener un jarabe ligeramente espeso (pero no mucho, para que el sirope no sea demasiado denso).
Esperar unos minutos a que entibie y verter un chorrito en el cuenco del cacao, mezclando con unas varillas pequeñas hasta integrarlo. Repetir hasta haber integrado todo el jarabe (no se puede hacer con el jarabe caliente porque se quemaría el cacao y acabaría sabiendo amargo).
Y con el sirope listo, sólo falta emplatar:
Si hemos usado moldes rígidos y vamos a servir las pannacottas desmoldadas: sumergir la base de cada molde unos segundos en agua caliente, aflojar la pannacotta pasando un cuchillo alrededor del borde, ponerlo boca abajo en el plato en el que vayamos a servir y golpear los lados del recipiente con suavidad.
Si los moldes son flexibles se puede sumergir también en agua caliente unos segundos y desmoldar con cuidado doblando los bordes si es necesario.
Servir acompañadas de un buen chorro de sirope de chocolate (yo lo prefiero caliente, por el contraste, pero va según gustos).
Si no os apetece utilizar sirope de chocolate al café también le va bien algún tipo de mermelada, como la de naranja o arándanos, caramelo líquido o un poco de nata montada. Si es temporada, unos gajos de naranja pelada al vivo, unos pocos arándanos o un puñado de frambuesas le darán un toque ácido y fresco muy interesante. Las combinaciones posibles son bastantes, ¡creatividad culinaria al poder!
Fuente:
Para la pannacotta me basé en esta receta de Uno de dos, un blog que sigo hace tiempo, y para el sirope en ésta de La cocina de Víctor Ferrer.
montymodi
17 noviembre 2014 at 20:35Ay che, qué poco me gusta el café en los postres!! 🙁 esperaré a la siguiente Biru-receta para ponerme el delantal
Carabiru
17 noviembre 2014 at 20:40¡Ay! ¡Qué pena! El siguiente va sin café, prometido. 😉
Pollo en salsa de café y mostaza | ¡Birulicioso!
16 abril 2015 at 15:41[…] la receta de pannacotta de café, os comentaba que como no lo tomo, no suelo cocinar con él. Me encanta su olor, y aunque al no […]
Pollo en salsa de café y mostaza | ¡Birulicioso!
16 abril 2015 at 17:06[…] la receta de pannacotta de café os comentaba que, como no lo tomo, no suelo cocinar con café. Me encanta su olor y, aunque al no […]
Panna cotta de limón y hierbabuena (Juego de blogueros 2.0) | ¡Birulicioso!
31 julio 2018 at 09:01[…] podéis optar por cápsulas de silicona, yo las usé en la receta de panna cotta de café y da buen resultado […]
Panna cotta de limón y hierbabuena (Juego de blogueros 2.0) – ¡Birulicioso!
3 abril 2021 at 18:49[…] podéis optar por cápsulas de silicona, yo las usé en la receta de panna cotta de café y da buen resultado […]