«Helado» fácil de plátano, chocolate y cerezas
Es verano (al menos en el hemisferio norte, yo me he mudado temporalmente al sur, así que es invierno, jajaja), hace calor (a juzgar por mis grupos de wasap España ha encontrado el acceso directo al Infierno y ahora no sabe cómo cerrar la puerta) y lo que apetecen son helados, sorbetes y todo tipo de cosas refrescantes.
En un lugar destacado de mi wishlist está una heladera, a ser posible que venga con una KitchenAid adosada. Sí, lo sé, las hay más baratas, pero es mi lista y pongo en ella lo que quiero, y es taaaaaaaaaaan bonita, con sus ganchos, sus cuencos, su accesorio heladera… También os digo que justo debajo en la lista está «una casa con una cocina donde quepa esa máquina y todos sus accesorios», jajajaja.
El caso es que mientras no tenga heladera, las opciones para hacer helados caseros dan mucho trabajo, por eso este falso helado me ha parecido tan fantástico. Y digo falso porque técnicamente no es un helado al no llevar ni leche, ni nata ni cosa parecida, cosa que lo hace perfecto para intolerantes a la lactosa. Aquí el responsable de la textura «heladesca» es el plátano. O la magia. Hummm, creo que me decanto por la magia. El caso es que además de textura, el plátano hace innecesario añadir azúcares, aunque si sois golosos podéis ponerle un poco, y con la cantidad de cacao que os indico no se nota especialmente el sabor a plátano.
Ingredientes (para dos raciones generosas):
– 2 plátanos medianos maduros (unos 200 g pelados)
– 2 o 3 cucharadas de cacao puro en polvo
– 12 cerezas
– 2 o 3 onzas de chocolate negro
Preparación:
Pelar y trocear los plátanos (el tamaño de los trozos dependerá de la potencia de vuestra batidora/picadora, si tenéis una muy potente podéis hacerlos más grandes).
Ponerlos en un cuenco o plato, taparlos con film y llevar al congelador un mínimo de 4 horas (esto dependerá del tamaño de los trozos y de cómo los pongáis a congelar, estirados en un plato se congelan antes que amontonados en un cuenco), se puede dejar de un día para otro.
Lavar y despepitar las cerezas, reservar dos y picar el resto en trozos no muy pequeños.
Picar el chocolate.
Sacar el plátano del congelador y dejar atemperar unos 10 minutos. Separar un poco los trozos, poner en el vaso de la batidora y batir. A mitad del triturado, añadir el cacao en polvo, remover un poco con una cuchara y seguir batiendo hasta que no queden trozos y el cacao esté integrado.
(Este paso puede ser más o menos laborioso dependiendo de la potencia de vuestra batidora, si tenéis un maquinote de esos que hasta pica hielo, tendréis el helado listo en un periquete; en cambio si tenéis una batidora más corrientilla, tendréis que armaros de paciencia y echarle una mano para que haga el trabajo, batir un poco, remover con una cuchara y sacar lo triturado de entre las cuchillas, volver a batir…)
Añadir las cerezas picadas y el chocolate troceado, remover con una cuchara para mezclar bien con el helado y repartirlo en dos cuencos.
Decorar con las cerezas reservadas y ¡a comer!
(Si el proceso de batido os ha llevado mucho es posible que se haya derretido demasiado, podéis meter los cuencos en el congelador 15 minutos, de esta forma volverá a coger cuerpo)
Ideas:
Se puede añadir una cucharada de leche por cada plátano para ayudar a batir mejor.
La cantidad de cacao va un poco según queráis más o menos sabor a chocolate.
Cambiando las cerezas por otras frutas que combinen bien con el chocolate como melocotones, fresas, mango… tendréis otros sabores, vuestros gustos y la disponibilidad en la frutería son los límites.
Si no os gusta el chocolate, se puede sustituir el cacao por cerezas congeladas y batidas a la vez que el plátano, o por cualquier otra fruta de vuestra elección.
En definitiva, el plátano es la base, pero a partir de ahí podéis hacer múltiples variantes, añadiendo frutas diferentes, con o sin tropezones, con trozos de galletas, cacahuetes, siropes… No os pongáis límites y experimentad.
Las fotos las hice antes de volver a meterlos en el congelador mientras comíamos, después la textura era más de helado y de regalo los trozos de cereza se habían congelado un poquito, así que estaban crujientes y fresquitos.
Fuente:
La idea la tomé prestada del blog de Lucía, Cortapicos y sacalenguas, como véis ella hizo una versión distinta.
etringita
21 julio 2015 at 12:20¡¡Esto lo puedo comer yo!! :____) No sabes lo inmensamente feliz que acabas de hacerme.
Carabiru
21 julio 2015 at 13:13Jajajajaja, sabía que te encantaría. :*
lalibretaroja
21 julio 2015 at 18:00qué estupenda pintaaa! además tengo batidora molona y estamos teniendo VERANO en alemania así que esta semana lo hago!
Carabiru
21 julio 2015 at 18:07¡Hazlo hazlo hazlo! Para mí ha sido un descubrimiento eso del plátano como base de helado.
¡Y cuéntame!
luciacernuda
21 julio 2015 at 20:11¡¡¡Oye!!! Pero qué superilusión me ha hecho :)))
Mil gracias. De verdad.
La versión con chocolate me parece gloriosa. A mí no se me había ocurrido y he de decir que tampoco lo había visto por ahí. Que por cierto, El Comidista in person te ha plagiado hoy. Jojo. Él aporta una idea buena también: poner unas nectarinas caramelizadas calentitas al lado del helado. Así ya es perfecto para el invierno en Paraguay
Compartimos item en la wishlist 😉
Carabiru
21 julio 2015 at 22:16¡¡Vaya casualidad!!
Me apunto lo de la fruta caramelizada.
😉
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