Helado mantecado de té
Vuelvo a la carga con otra receta de helado, esta vez uno más tradicional a base de nata y yemas, es decir, el clásico mantecado. Para aromatizarlo se puede usar piel de limón y canela, pero yo he decidido darle un toque diferente con una mezcla de té que lleva unos cuantos ingredientes interesantes (canela, hierba de limón, almendra, naranja, aroma y pétalos de rosa) que aportan un aroma y un sabor magnífico a la cremosidad del helado.
Entre el helado de mango y éste, sinceramente no sabría decidirme, aquel tiene un sabor más tropical y exótico y éste más clásico y untuoso… Nada, no puedo elegir uno, póngame una bola de cada. 😉
Ingredientes (para 6 raciones de helado):
- 400 ml de nata para montar (35% m.g.)
- 200 ml de leche entera
- 3 yemas de huevo
- 4 cucharadas de azúcar
- 4 cucharadas de azúcar invertido (o 5 más de azúcar)
- 5 cucharadas de té blanco o negro, puro o aromatizado
Elaboración:
Poner en una olla la nata con la leche y calentar sin dejar que llegue a hervir.
Una vez caliente, retirar del fuego, añadir las hebras de té, remover y dejar reposar de 30 a 45 minutos.
Pasado este tiempo, filtrar y volver a poner al fuego la crema aromatizada.
Mientras se calienta, batir las yemas con el azúcar blanco y el invertido un cuenco mediano. Reservar.
Una vez caliente el contenido de la olla, separar una taza y añadir poco a poco a las yemas, sin dejar de remover con unas varillas para integrarlo bien.
Incorporar el contenido del cuenco a la olla y seguir cociendo a fuego suave hasta que la crema espese. Es importante no parar de remover constantemente con una cuchara de madera para evitar que se cuajen las yemas. La crema estará lista cuando cubre o napa, el dorso de la cuchara de madera, y al pasar el dedo se queda marcado el rastro.
Llenar de agua fría y cubitos de hielo un cuenco grande.
Verter la crema caliente en un cuenco mediano y colocar éste dentro sobre el hielo, con cuidado de que no entre agua. Remover con unas varillas para ayudar a enfriar la mezcla.
Una vez fría la crema, cubrir el cuenco con film transparente y dejar reposar en la nevera al menos dos horas.
Seguir las instrucciones de la heladera para mantecar la crema de té. Hay que mantecar hasta que adquiere una textura cremosa y consistente. Generalmente se tarda entre 15 y 20 minutos.
Pasar el helado de té a un recipiente con tapa y dejar en el congelador unas 3 o 4 horas, para que acabe de coger cuerpo.
Sacar el recipiente del congelador y hacer bolas (también lo podéis comer directamente del cacharro, pero no seré yo la que os incite públicamente a abandonar los modales… jajajaja). Para que sea más fácil y rápido, mojar la cuchara en agua caliente entre bola y bola.
Se puede acompañar de sirope de chocolate, un poco de caramelo líquido, crocanti de almendras… pero la verdad es que solo está buenísimo.
Notas:
Si no sabéis lo que es napar o hacer «à la nappe» en Gastronomía y Cía lo explican muy bien.
Los que no tenéis heladera, sabed se puede hacer a mano:
- Está la opción tradicional (que confieso no haber probado nunca por pereza): Después de las dos horas de reposo de la mezcla, se mete la crema en un recipiente con tapa y se lleva al congelador durante media hora. Se saca y se remueve bien para romper los cristales. Se repite el proceso cada media hora hasta que el helado endurece y ya no se puede remover. Suele llevar unas 3 horas.
- Y está la opción rápida (que tampoco he probado pero es posible que pruebe cuando devuelva la heladera) que podéis encontrar en este interesante post del blog La cucharina mágica.
Si el helado está demasiado duro para sacar bolas, dejar el recipiente a temperatura ambiente unos 10 minutos.
Lo cierto es que a las dos horas después de mantecar, aunque no tiene la consistencia más adecuada para hacer bolas, sí tiene una textura similar a la de los helados «de grifo» y se puede disfrutar ya de él.
Yo he usado un una mezcla de té blanco y verde aromatizado. Por el tipo de sabores creo que los tés más interesantes para el helado son los negros o blancos (puros para un sabor más intenso a té o aromatizados si queréis darle un toque especial al helado) pero creo que quizá incluso el verde sea adecuado, sería cuestión de probar.
Siempre podéis usar té puro y añadir especias a vuestro gusto, esta receta sirve perfectamente como base para experimentar. De hecho, eliminando el té, es más o menos la receta para hacer helado de mantecado. 😉
Fuente:
Le tenía el ojo echado a esta receta de helado de té chai desde hace tiempo, pero al final decidí cambiar la variedad de té, me queda pendiente hacer la versión chai, me encantan las especias que lleva.
Natalia Cortes
7 agosto 2017 at 18:11Deliciosa idea, me encanta todo lo que tiene por delante té, tu helado e idea se ven tan cremoso que me da envidia de la buena no tener una maquinita de esas, porque ya lo he intentado de la manera tradicional y como me gusta en ese punto que dices cremoso que te da tu máquina luego de 20 mins, ainsssss delicioso!!!!, tu adaptación muy rica!
un beso!
Carabiru
7 agosto 2017 at 18:14Muchas gracias, Natalia.
Estoy muy agradecida de que me hayan prestado la máquina porque estoy descubriendo un mundo nuevo. Hasta ahora sólo había probado los polos porque me da mucha pereza el método sin heladera, me parece que da mucho trabajo y es difícil obtener esta textura que me encanta.
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